La vejiga es un órgano hueco que se encuentra en la parte inferior de la pelvis, donde su función principal es almacenar la orina antes de que esta salga del cuerpo. El día de hoy, vamos a abordar el caso de un paciente a quien se le diagnosticó cáncer de vejiga.
Es el cuarto tumor maligno más frecuente en el hombre y nace de la capa interna de la vía urinaria, específicamente de la vejiga; su síntoma principal es el sangrado, también conocido como hematuria.
“Empecé a notar que al orinar había sangre” compartió el paciente, “pero lo dejé pasar y ya no sucedió más”.
Como escucharon a nuestro paciente, el signo principal de esta enfermedad es el sangrado silencioso, que es cuando los pacientes ven sangre en la orina, pero sin ardor ni molestias urinarias; desafortunadamente, se desprecia este dato y muchas personas dejan pasar esta oportunidad de tratamiento.
- “Después ya fue más frecuente y es cuando decidí asistir a mi doctor de cabecera” comentó el paciente y añadió, -“él, al ver los antecedentes, me mando a hacer unos exámenes y de ahí me canalizó con el urólogo especialista con el que estoy actualmente”.
En particular, en este paciente, la causa es tumoraciones vesicales, es decir, cánceres en vejiga que pueden requerir tratamientos muy modernos; en esta ocasión, vamos a hacer una cirugía endoscópica que consiste en la introducción de cámaras al interior de la vía urinaria para, primero que nada, remover estas tumoraciones y enviarlas a patología para confirmar su procedencia.
- “Realmente la medicina moderna ha avanzado, creo que llevando el tratamiento y siguiendo las indicaciones, todo va a estar bien” compartió el paciente.
Como pudieron ver hemos removido con éxito las tumoraciones por vía endoscópica, el paciente se quedará el día de hoy en el hospital y se le colocará una sonda para dejar descansar su vejiga. Posteriormente, el paciente será revalorado en consulta para su evolución, en donde podremos darle el reporte histopatológico del origen de estas tumoraciones.
Esta es una cirugía que no duele, de rápida recuperación y, lo más importante, le permitirá al paciente reintegrarse de manera pronta a sus actividades cotidianas. Mi recomendación final es que la presencia de sangre en la orina, aun cuando no existan molestias urinarias, siempre es merecedora de atención médica.
